Siglo XVI

 

El siglo XVI tubo diversos avances innovadores en temas de navegación:

La carta de navegar primitiva  era el “portulano”, un mapa hecho a base de rumbos dibujados en forma de tela de araña.

 

La revolución cartográfica llego en 1569 con Gerard Mercator que editaba las primeras cartas y atlas náuticos con la “proyección cilíndrica”, una nueva forma de representación plana del mundo.

El calculo de la distancia navegada se realizaba con la “ampolleta” un reloj de arena. La velocidad del buque se determinaba mediante la “corredera de barquilla”.

El problema de situarse geográficamente se resolvía con el astrolabio, que permitía la medición de la altura del sol o de la estrella polar. Otros aratos fueron perfeccionados y simplificando estos cálculos: la ballestita, el cuadrante náutico, los octantes y los sextante, el cronometro de precisión y el reloj de longitudes.

         

                                                             Ballestina                                                                    Cuadrante Náutico

Todo el “arte de navegar”, convertido en técnica, se divulgo por medio de tratados de navegación, entre los que destacan desde 1519 los realizados por españoles.